En el conjunto cerámico de Fuerteventura, realizado a mano con la ayuda de sencillos instrumentos de madera, hueso y piedra para modelar, desbastar y ornamentar el barro, destacan los recipientes de formas semiesféricas, ovoides, globulares y cónicas con tapaderas, con cuello vuelto y recto, y fondo convexo, destinados a almacenar líquidos, conservar sebos y guardar diversos productos alimenticios.
También los hay de apariencia troncocónica con un vertedero abierto de sección cuadrada y trazado trapezoidal, vasos para ordeño conocidos con el nombre de «tabajoste» caracterizados por tener un borde reentrante, paredes semiesféricas y fondo plano. Dicho vertedero, como elemento más singularizado, suele estar decorado con incisiones y acanaladuras geométricas en su cara exterior. Son recipientes de color oscuro, cuyas paredes externas están ornamentadas con líneas en zigzag, paralelas, y figuraciones espigadas elaboradas mediante incisiones y puntillados, bajo las cuales existen segmentos semicirculares concéntricos de extremos apuntados, de cuyos vértices surgen ejes radiales paralelos acanalados.
Estos tipos cerámicos miden entre 11 y 15 centímetros de alto, como los que se encuentran depositados en el Museo Arqueológico de Tenerife procedentes en su día de las localidades de Tefía y Casillas del Ángel, en el término municipal de Antigua.
Los motivos geométricos esquemáticos que hemos citado representan en conjunto una iconografía de carácter astral, hasta ahora no propuesta ni contemplada, que detectamos por la presencia de una figura esteliforme radial realizada como elemento decorativo en la pared externa del vaso cerámico y en la zona frontal del vertedero.
Según el investigador Ignacio Reyes, el término «tabajoste» procede de la voz amazigh tabaghozt < *ta-b-aγuz-t con el respectivo significado de vasija de barro utilizada para recoger la leche del ordeño y recipiente de madera semiesférico sin asas y de borde aguzado.
Dr. José Juan Jiménez González
Conservador del Museo Arqueológico de Tenerife